Hoy quiero que reflexionemos sobre algunos tipos de comunicadores que nos encontramos cuando paseamos por la ciudad o tomamos el metro y lo que podemos aprender de cada uno de ellos:

EL «ANULADO» – Dispone de un cestillo, vaso o táper, y un cartón en el que ha escrito un mensaje pidiendo ayuda. La persona prácticamente desaparece. Esto te puede ocurrir si muestras diapositivas cargadas de mucho texto.

EL «PILOTO AUTOMÁTICO» – Te aparece por sorpresa al salir de un establecimiento o girar una esquina. Dice una retahíla de palabras que, en su día, aprendió y a las que ya no da sentido; además, en la mayoría de ocasiones ni te mira. Cuando des una ponencia es fundamental, previamente, practicar y ensayar el discurso, pero ¡cuidado!, no caigas en la trampa de memorizar el texto en lugar de integrarlo y, al exponer, hacerlo en piloto automático.

 EL»PONENTE«– ¿Te has fijado en que algunos voluntarios de ONGs llevan diapositivas plastificadas? Si tienes ocasión, echa un vistazo y ten en cuenta lo bien que acompañan a su discurso y cómo incorporarlo en tus ponencias.

EL «STORYTELLER« – Te cuenta una historia sobre cierta cantidad de dinero que le falta para cubrir alguna necesidad: comprar un billete de tren, pagar el aparcamiento, comprar un bocadillo, etc. Es posible que caigas la primera vez pero en las siguientes verás venir el engaño. En tus charlas utiliza un discurso conversacional en el que incluyas historias que tengan que ver con el contenido de tu presentación y, por supuesto, no cuentes mentiras.

Y… EL “MARKETINIANO”  – Esta semana, paseando por las calles de Granada, me encontré con esto: