¿SABES LEER CONTANDO?

Me cuenta una alumna que, en su última exposición, no pudo contar todo lo que llevaba preparado porque no se atrevió a leer lo que llevaba escrito. 

Os estaréis preguntando por qué temía leer. Su respuesta no es la primera vez que la escucho: “Porque se va a notar que leo y van a pensar que no me lo he preparado”. 

Hoy vamos a abrir este melón para quitarnos esos miedos de una vez por todas. 

“SE VA A NOTAR QUE LEO”. ¿Por qué nos preocupa “que se note”? La mayoría de los grandes discursos que han pasado a la historia fueron leídos por sus protagonistas, ¿por qué tú no puedes leer parte de tu exposición? El problema no es leer sino leer sin contar, sin dar intención a las palabras. Cada palabra encierra un mundo y debe tener la presencia y el peso que le corresponde. Aunque esto lo trabajamos en profundidad en los cursos, hoy quiero dejarte aquí algunas pautas para “leer contando”. 

–   Integra bien el texto previamente. No te pido que memorices, pero sí que leas y releas el texto para que, al hacerlo en público, te resulte familiar. 

–   Recuerda que las pausas empoderan, no temas utilizarlas. No solo debes parar en las comas y los puntos: cada dos o tres palabras haz cesuras (pausas brevísimas) que te permitan entonar correctamente el discurso e incluso mirar a la audiencia. 

–   Incluye marcas en tu texto. Solo tú lees lo que llevas escrito, así que incluye negritas, subrayados e indicaciones que te ayuden a recordar inflexiones, pausas o palabras que quieras destacar. Pon el tamaño de letra y el interlineado que te resulte más cómodo. De esta manera, si levantas la mirada, podrás volver fácilmente al texto. ¿Acaso crees que los locutores de radio leen textos diminutos? (Spoiler: todo lo contrario). 

“VAN A PENSAR QUE NO ME LO HE PREPARADO”. Sobre esto, solo quiero darte dos indicaciones: 

  “Van a pensar” es dar voz a ese pensamiento paranoico que a menudo nos ronda la cabeza. No presupongas lo que piensa la audiencia, puesto que suele ser más benevolente de lo que imaginas.

 –   Un texto escrito es sinónimo de preparación y no al contrario. Es importante que empecemos a desterrar creencias sobre comunicación que nos impiden crecer. Un texto bien leído puede dar la misma autoridad y confianza que uno memorizado.

 A partir de ahora, espero que leas sin miedo si lo necesitas, pero trabaja cómo hacerlo. Recuerda que “leer contando” no es un oxímoron sino dos palabras que van muy bien de la mano ☝🏼

¡NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO SALTO!

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